lunes, 4 de junio de 2012

Lo interrumpido

Por eso tus ojos,
para quedarme. Para
seguir aquí. Para aguardar
aquí. ¿Aguardar qué? No importa.
Para aguardar.
(Chantal Maillard)
Reencontrar.
                      Con él
      volver a encontrar lo inesperado:
la sonrisa inmanente
    lo bello, lo impalpable, lo siempre firme,
        el hambre del intelecto en la pasta dura
 de las gafas y de los hombros nervudos
               resistentes como varias generaciones
de poetas. Lo veo desde lejos como quien
          se sorprende con los fuegos artificiales
  y escuecen las pupilas de tanta claridad
      comprida en un solo centro.
Así eres ahora, así fuiste en tus múltiples versiones
  repetidas una y otra vez hasta el delirio
            en veranos e inviernos congelados
en primaveras y otoños de mentira.
       No fue una película sino un tráiler
          de una película que promete muy pronto
  una segunda parte llena de personajes
        de intrigas y recuerdos escritos con pluma
      con esa letra tuya que parece ficticia
             con esos ojos abiertos que parecen
       que son y que están espectantes
 como queriendo decir:
    "aquello nunca fue una despedida;
             aún nos queda lo mejor".


      

       
          

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