lunes, 28 de mayo de 2012

Hasta pronto

Siempre había pensado que la taza del váter era el lugar idóneo para llorar. Las convulsiones le hacían balancearse de izquierda a derecha, hacia delante y hacia detrás, así que tenía que aferrarse a los bordes blancos con ambas manos intentando que no se le escurrieran los dedos. Se sentía un poco como si navegara en un bote salvavidas, de esos que te rescatan cuando te has alejado de la costa un día de marejada; la diferencia era que no estaba perdida en medio de un oceáno, ni siquiera en un diminuto mar, sino en el centro exacto del cuarto de baño de su casa, lo que era bastante más ridículo, en aquel rincón escogido para el llanto.
Los ojos anegados en lágrimas dificultaban su visión, empañando la realidad, y los baldosines de mármol adoptaban rostros desencajados, sonrisas grotescas que parecían burlarse del espectáculo que era su desintegración, la huída a pasos agigantados de lo que era su orgullo, que la abandonaba con la cara hecha un cromo: los ojos coloradísimos y las mejillas llenas de ronchones, de sal, de pena diluída, y sobre todo de miedo, mucho miedo desde que una voz familiar pronunciase aquel hasta pronto.
Y enseguida el tintineo de un manojo de llaves, un sonoro portazo, y luego, nada.
Pero ese hasta pronto no era una simple fórmula de cortesía. Había podido oír cómo su voz se quebraba en la primera o: algo así el principio de un gemido mal disimulado en la voz ajada de su madre. Había visto pasar su pantalón blanco de verano, sus pies dentro de las sandalias de tacón, su melena tan temida e idolatrada, antes de que desapareciese en el aire la sombra flotante que suponía un hasta pronto. Eran tantas las señales que no pudo responder, ni siquiera le había dado tiempo a reaccionar. Cómo le dolía que todo fuese a terminar así, con una mentira piadosa, ¿por qué no había dicho adiós si era claramente un adiós? Si no pensaba volver, ¿de qué servía hasta pronto? ¿Qué significaba pronto? ¿Un par de horas, o acaso seis meses, o tal vez toda una vida? ¿Cuándo es pronto?
Boqueando incontrolablemente entre jadeos retorcidamente dolorosos, fue resbalando desde su asiento privilegiado hasta el suelo, para dejarse rozar por el mármol helado. Con el pantalón a medio subir todavía, se arrodilló junto al terrible agujero de la taza del váter y miró en su interior. Su vida era apestosa y maloliente, y le daba asco y arcadas y ganas de tirar de la cadena.
Y así lo hizo. Tiró, y tiró, y tiró, hasta que no quedó más agua en la cisterna, y por fin empezó a desbordarse por encima del váter hasta rodearla de sus propios excrementos.
Sonrió entre lágrimas. Si no podía volver al mar, el mar retornaría a ella.
Adiós, adiós, mamá. Espérame ahí.
Hasta pronto.

domingo, 27 de mayo de 2012

Segundo boceto: la pincelada

A Eme

"Y yo sola con mis voces, y tú,
tanto estás del otro lado
que te confundo conmigo"
(Alejandra Pizarnik) 
Sueño vespertino de piernas
atrapado en un vuelo de gaviota,
rodillas que refrenan su caída,
dedos que descubren sus historias.
Así eres a mis ojos, Marina,
milagro de tirante fino y curvilíneo
escote de olas que no se detiene implorante
sino que permanece a la espera de
una orilla donde yacer unos segundos
de sagrada oscuridad entrecortada.
Risa que se te escapa y que me llena
los pulmones como si tuviese todo el mar
dentro del cuerpo, y sentirse un poco pez
cuando me dejas entrar en tu jaula
de fiera salvaje y tierna,
-pero muy humana,en el fondo-.
Me miras preocupada desde tu balcón de labios
sin barrotes y aspiro su aroma a vértigo
fortuito en la cima del mundo.
Me esmero por fabricar una sonrisa
a la medida de tus dedos y reposo la cabeza
en tu hombro sereno y admirable, mientras
ideamos un mapa de vidas por vivir
que ni siquiera son las nuestras.
Me preguntas si tengo hambre y sí
lo tengo: pero es hambre de futuro, es hambre
de nostalgias; un apetito voraz que me
devora y se devora y nos escupe
a las dos en medio de la Pampa.
Me preguntas y no puedo responderte:
-yo también puedo oírlo, a mí también
me estremece y tengo la piel a punto de
prorrumpir en sollozos;
Eme, por mucho que lo intente no puedo
decirte a quién de nosotras pertenece
el bombeo de ese corazón.


jueves, 24 de mayo de 2012

Azul


Azul infinito
     Azul mar
                  río
                    torrente
                           arroyo
        azul itinerante
   Azul pupilas
Azul vestido de volantes
      por encima de la rodilla
Azul universo y
           azules los sueños
     golondrinas azules
y los pitufos y los sugus de piña y
el boli bic o el envase de leche pascual
       - hasta hace poco-
Azul toda mi vida en pocas palabras
  como azules los días de mayo casi junio
cuando atardece en mis labios
          y en las ventanas de un quinto piso
               con la lentitud deliberada del novio
        que se hace esperar en todas las citas.

Azul                      Azul                  Azul
          cielo azul mires a donde mires
                 huyas a donde huyas
   desierto de tonos fríos y arañazos blancos
            salpicaduras de ángeles
                   besos del viento
                         olores almizclados
       y el azul profundizando
                      en los corazones
casi siempre.
                      
      

lunes, 21 de mayo de 2012

10.012,09 Km

¿Cuándo?

    Me preguntan
cuándo te vas   cuándo
regresas  cuándo vuelves
a casa              pero
si            yo
no                    me
marcho      no me voy
  para siempre   si
me da miedo el avión
si me dan   miedo
los trenes         y los hombres
  que se saltan        de parada
si sé que       soy  una niña
con cara
         y rostro
              y facciones
                           de niña chica
perdida en sus propios límites
                 definitivamente
                 grandes
           y a veces

tan tan tan                                        lejanos
como Madrid
   
  de Buenos Aires.

sábado, 19 de mayo de 2012

Granizo

A cada grano de arena
su sombra al alba;
a cada vida
su nombre propio y su propio ajeno;
lo imposible de sí misma:
lo que los otros le han creado.
(Hugo Mujica)


Caen del cielo;
         desde el cielo aquel
 a nuestras pisadas de barro,
         que como balas de cañones
  ametrallan los adoquines y estallan
            entre tú y tú
entre tú y el paraguas y los espejos
             porque yo era charco para entonces
         -no pude evitarlo, lo siento-.

El granizo fue bautizando la calle
                              apresuradamente
y una niña de colores saltaba los afluentes
       de un río infatigable y denso
          como mis ojos -tal vez-
cuando estoy frente a un poeta    
                                   y ese poeta, ese
me sabe gritando y me sabe leyendo
              a Mujica al bajar la calle Alcalá
sin tropezar con ningún pie -propio o ajeno-
          caminar al borde del bordillo
ignorar el tráfico          el letargo imposible
                     de los coches
     cuando atardece en Madrid
               cuando mi ciudad
empieza a entrecerrar los ojos poco a poco
                       y me gusta, me enternece
detenerme a rozarla de perfil 
     acariciarle el pelo azul
        de nubes rizadas y pestañas blancas
porque ella es bonita a su manera
                         -pero solo a veces-
después de que haya pasado la tormenta.

Poesía es tener un monólogo
        con otra boca y otro perfume diferentes.




jueves, 17 de mayo de 2012

Inés

Para Inés,
por estar, por ser
y parecer mi propio existir
Inés, Inés, Inesita, Inés,
       todo lo que eres...
¿cómo explicártelo?

Que me gusta cuando dices:
       "me fumo este y nos vamos"
que es fácil regalarte cosas
porque me encantan tus ojos como platos
llenos de exóticos manjares
           y porque ya sabes
 que puedo contarte una historia
             que dure toda la tarde
-si no voy al grano-,
y creo que el mejor lugar para confesiones
           es el sofá de tu casa
       blandito        frente a la tele
justo después de ver el rosco
    y haber acertado
         todas las de literatura
Soy otra cuando salgo
     del 643
y encaro el frío o el calor con ansias renovadas
              No puedo evitar cuidarte y
-siento ser tan pesada-
pero es que tus ojos
                             Inés
 son a veces
         muy grandes
y tiene todo el poder de convicción del mundo
           Tienes un alma     preciosa
                           y eres única
porque se han extinguido todas las de tu especie

           " Y para que me entiendan:
el que no la haya querido nunca
           que tire la primera moneda".

lunes, 14 de mayo de 2012

Los complementos indirectos también mueren

A los gramáticos en general
y a doña Marina Albondiguilla en particular,
a quien deseo una larga vida
Amén



(...))))
....deja de dolerme
       -tumor-
    deja de dolerme
tanto y tan insistente-
    mente atroz
mortal rugido/ fiera silbante
             opresiva placenta
estranguladora sed        -y luego-
        cuerpos entrechocados
caótico fin propicio a
 empezar
    sin dejar nunca   
                             de.

Abrazos
     de brazos zozo-brantes
 pies a la deriva        lengua
        de sierpe muda
             venenosamente verde
                                        y larga
como una tortura ingresiva
         semejante al rictus  aquel
     que afloró de su boca
 cadavérica  que  se  tambalea
entre escombros de maquillaje
                azul azafrán
y tanta peluquería
  y tanta arruga de camuflaje
           Para qué
si estás muerta muerta muerta
mil y una veces         müerta
  y solo *ella velará tu reposo.

No me hace falta (locución verbal)
               estudiar (actividad)
           para saber (estado)
que Morir no es  perpetuo
ni siquiera dinámico
pero sí télico        sí!..
Porque para ti y sólo para ti
           es un (logro).

Gracias por todo: y maldita seas
      ¿puta asesina?
                  -vieja anticuada-
(((...)

*gramática


sábado, 12 de mayo de 2012

La semilla de nuestra podredumbre

Decidieron llamarnos poetas
       y lo hicieron
     hasta desgañitarse
                   o más bien
    hasta que se nos quedó grabado:
sois poetas sois poetas sois
            poetas sois
                         poetas
sois potaje de                        garbanzos
  -que viene a ser lo mismo si lo miras
             desde el punto de vista
     de la boca     del verso   del  estómago
                 que se abre
para recibir una
                         legumbre
un fruto del campo
                  o del trabajo
                     o  de la mano
de los hombres
     que lucharon
pero hoy
             se han ahorcado así:
entre sudores
               fríos y sílabas
 jugosas que albergan
             dentro
  mitad y media de sabroso
                       gusano.

miércoles, 9 de mayo de 2012

Léelo

Al Lope de Vega de los tiempos presentes

Escribías versos de peces de mares
azul marino transparente mirada
derretida en un labio que entonces
rabiaba por otro color y por otros placeres.
Me diste poco y con eso fue mucho
lo que desaprendí aquel verano de hace tanto
porque tanto calor congelaba mis noches
y a veces notaba una sierra punzante
clavada en la médula clavada en la tráquea.
No me enamoré porque no era propicio
o porque el vicio aquel me masturbaba
los ojos y no podía llorar de alegría
si nadie me había enseñado a coger
bien la cuerda y atármela al cuello muy fuerte
hasta rasgarme las yemas de los dedos.
Si no tú, ¿quién me habría protegido
del monstruo que tropezaba en mi alma?
Atrapada en los bises de tu amada tragedia
me desinflé como una pelota hinchable
el día de un partido decisivo mientras
ese dolor tan blanco fabricaba legañas.
Las fichas se cansaron y el juego quedó
en un empate y la tregua no fue de treinta años
sino de tres meses o cuatro o cinco
ya ni siquiera lo recuerdo...
No sé cómo explicar que todo fue un garabato
desordenando los poemas de mi vida
o una lluvia esdrújula de hipérboles 
siempre y nunca pegadas en las suelas
de mis botas marrones de todos los días.
Cuando yo me vaya cuando yo cruce el océano
cuando ya no puedas intuirme en los gestos
y en las palabras
Cuando esto suceda, tan solo léelo,
lee esta mierda de poema
repito léelo:
y que sepas que unos versos
pueden detener el tiempo a tu favor.

lunes, 7 de mayo de 2012

Dios comido


Anti-dedicado a los escritores bárbaros
No somos

profanadores de tumbas.

No somos predicadores.

De tumbas no somos

enterradores:

sí cabezas           sí pensantes      sí habitantes

 de ataúdes        de sarcófagos                   o féretros

Nosotros los bárbaros barbarizamos hasta no dejar un hueco

-de barbarie-

en este hoyo pútrido e infecto 

  donde                no hace               falta

firmar testamentos        con sangre

sino con tinta espesa     bersos intoxicados

 de calamares.

               

viernes, 4 de mayo de 2012

Insoñación


Desde que le habían diagnosticado aquella extraña enfermedad su vida había dado un giro de ciento ochenta grados; no de trescientos sesenta, no -aquello habría sido un verdadero disparate-, sino de medio giro exacto, ni más ni menos que ciento ochenta grados.
La causa de su mal: haber empezado a dormir boca abajo, en lugar de hacerlo boca arriba.
Los síntomas: picores en el dorso de las muñecas y en los peluches con los que compartía cama, almohada y pesadillas; calambres en los dedos de los pies y temblor incontrolado en las pestañas; ríos de sudor, desiertos de hambre y ganas de coger bolígrafo y papel a cualquier hora de la noche.
Aquello era sin duda lo más grave: su mano descontrolada por completo, trazando íes, puntos, comas, puntos y comas, paréntesis, interrogantes, bes y uves, equis o zetas... ¿puntos suspensivos?  
Las consecuencias, o mejor dicho, la minúscula consecuencia, era que sufría insoñación.
 La insoñación no tiene nada que ver la ensoñación, sino más bien con un trastorno ocasionado por la excesiva exposición a cantidades ingentes de sueño, altamente dañinas para la salud.
La solución: ninguna. Desgraciadamente, no se han inventado hasta el momento las "pastillas para no soñar", pese a la canción de Sabina. Tampoco existen tratamientos con cirugía, o implantes de pequeñas dosis de realidad por vía ultravenosa. El panorama, como se puede ver a simple vista, resultaba desolador.
Bueno, miento; puede parecer escalofriante para todos los seres vivos de la tierra, menos para ella.
Porque ella, desde que no dejaba de soñar ni un solo instante del día y de la noche, era una persona feliz, tan feliz como solo pueden ser los que se enamoran hasta el tuétano de su media naranja y se convierten en una fruta reunida. Yo no sé lo que es eso, pero puedo asegurarles que así se sentía Juana, envuelta en una nube de ingravidez y suspiros, los ojos asimétricos y chisporroteantes, las manos llenas de dedos y uñas, para palpar, rasgar, moldear. Sus sueños eran la octava maravilla, sueños de esos que parecen fabricados por un artesano en un taller, porque están hechos al detalle, con minucioso cuidado y deliciosa ingenuidad.
Los sueños de Juana eran siempre nuevos, de múltiples colores, olores y texturas, hasta el día antes de que sucediese la catástrofe. Hasta ella había notado cierta crispación en los despertares, y un patrón de coincidencias que se repetía interminablemente, como si de una advertencia se tratara. "¿Qué querían decir aquellos túneles? ¿Hacia dónde iban? ¿Por qué brillaban tanto?"
Tenía miedo, pero no pensaba dejarse vencer por un sueño absurdo a sus ochenta y pocos años. Tomó la resolución de llevar el sueño hasta el final, y así lo hizo. Aquella misma noche se sentó tranquilamente en su silla mecedora hasta encontrar la posición adecuada, dejó el libro que estaba leyendo apoyado en su regazo y encima de él las gafas de lectura, tras haber limpiado los cristales con el borde de la bata.
Carraspeó nada más cerrar los ojos, y segundos más tarde, dormía profundamente. Soñó que corría hacia el túnel de luz; soñó que no volvía a soñar nunca más, porque aquel era el último de sus delirantes sueños. -Pero los sueños también nos engañan, no lo olviden-.
Juana no soñó con la muerte, porque no podía morir mientras siguiera soñando.
Simplemente renunció a todas sus arrugas vitales y siguió caminando por los parajes infinitos de la imaginación.



martes, 1 de mayo de 2012

Museo de ingenuidades

A la inocencia, siempre
Al amor, nunca
A M., ahora



Como una fugitiva que abandonase

                el lecho a la hora temprana

 en que

su esquivo amante duerme

bajo una nube                  

de sábanas

Así no he huido yo

 -al alba-

cuando la mejilla derecha

ha empezado a notar

desconocido el olor de

la almohada

El calor ajeno bajo

el edredón

de un cuerpo no muy diferente al mío

y sin embargo

tan distinto

-anoche-

La mejilla no ha tardado en contagiarme

 su extrañeza

Y ya mis ojos deberían haber averiguado

 el paradero de mis gafas

Pero no.

 Y de repente:

una voz                               un sonido ininteligible

 un murmullo apagado

Y más tarde:

 un ronquido animal como de tigre

 conteniendo la carcajada.

¿Quién ha metido una fiera en mi casa?

Aunque…

-Espera-

 si esta no es mi almohada

 ni ese mi despertador

ni llevo puesto el pijama

¿Habré sido raptada?

Me paro a pensar

y no recuerdo lo que

 estaba pensando

-anoche-

en sueños

Como si esta cama me hubiera robado

un pedazo          un fragmento                  de

 inexistencia

Mi secuestrador parece

un guerrero

preparado para entrar en batalla

de un momento a otro

Y da patadas,

 como un niño en el vientre

del vientre…

 de su poseedor

No encuentro el broche de las  botas

Ni los cordones del         sujetador

Sólo un ataúd                   negro

que me mira de arriba

 abajo

Como intentando desnudarme

 y

me decido a no mirar

Dentro

Por si me caigo

                -en el fondo- todo ha sido fácil:

recoger mis cosas y salir

de pun ti llas

Como si hubiéramos hecho

 algo malo

-anoche-

Mientras Tú

 las acariciabas y Yo los acariciaba:

Cuerdas tensas                     /         rizos elásticos

Notas roncas

 escapando de los            Dos

                -Es el paraíso-

me dijiste

-O el infierno visto

desde abajo-

Pensé   mientras

el corazón se debatía

Entre estallar         o          contraerse

hasta volverse un objeto

 más

o parte de las vitrinas invisibles

que forman tu museo de ingenuidades

para locos.

Hemos luchado y has ganado

Te mereces algo más

 que un beso

Y me gusta verte de vuelta

Jinete negro

 entre la polvareda

Héroe mestizo                 Dios malherido

Que acude a mis manos

y si pudiera

-anoche-

Te habría clavado las uñas

hasta gozar tu pena

Vibrar en tus pesares    ocultos

Y nada más que eso


Por fin desaparezco de tu

 cabeza

Y salgo al mundo de lunes

 a las ocho y media

Pero los edificios no eran            así          ayer

Y las personas no tenían

Esa ridícula         línea      curva

 en los labios

Cierro la puerta de golpe

y me voy

No taconeando…

Ni lloviendo…

Ni sintiendo…

Simplemente me marcho           y tú duermes

Hablas en sueños

Me llamas

entre llamas

de un incendio ficticio

que he metido en un cofre

–ése-

Para que cuando despiertes

si es que sigues vivo

Te duela la garganta       y una lágrima

caiga de tus ojos defectivos

al pensar en la cebolla

que desayunamos

-anoche-