domingo, 15 de mayo de 2011

Todos mis labios son rojos











Todos mis labios son rojos




y entreabiertos esperan




con el temblor carnal




del pétalo terciopelo




a que vengas




con tu lengua




a humedecerlos.




viernes, 13 de mayo de 2011

La edad de la inocencia


Simplemente, giraba. Se pasaba la vida girando sin cesar, dando vueltas en torno a sí misma, sin ver más allá de su imagen difusa reflejada en el espejo.
Todo en ella era perfecto: la postura delicada, los pies pequeños, las manos suaves, el cabello largo recogido en la nuca, el cuello de cisne, la piel de marfil.
Excepto el rictus amargo de los labios, que estropeaba lo que podría haber sido una cálida sonrisa.
Llevaba el ritmo en las venas y nunca había dejado de bailar.
Sin embargo, ya estaba cansada de ser la alumna ejemplar, una simple esclava entregada a su dedicación obsesiva. Estaba harta de ser, en pocas palabras, la niña buena.
Todo cambió cuando la inocente bailarina decidió soltarse la melena.
Fue el mismo día en que apareció el soldadito de plomo, con el fusil en alto, preparado para cualquier batalla por peligrosa que esta fuera. Pero no estaba acostumbrado a hacer el amor, solo la guerra...
Y la torpe, tonta, confiada y desesperada bailarina, sin pensarlo dos veces, se lanzó a sus brazos sin dudas y sin reservas.
Él lo primero que hizo fue abrirla de piernas.

Hoy mi cajita de música no suena...

lunes, 9 de mayo de 2011

Insomnio






Ha vuelto. Después de doce años de sueños placenteros, Charlie ha salido del armario.
-Y no, no me refiero a eso que estaís pensando, porque mi querido amiguito no es homosexual. O quizás lo sea, pero eso ahora mismo me importa un carajo-.
Mierda. Me da verdadero pánico apagar las luces de esta nueva habitación en la que duermo sola, -jamás pensé que diría esto, pero echo de menos los ronquidos de mi hermana-, porque sé que él está ahí dentro, y no tardará en salir con sus ojos demoníacos inyectados en sangre.
En realidad, le entiendo perfectamente, ¿quién puede estar de buen humor por la noche teniendo que soportar el peso de toneladas de ropa desordenada en un solo armario? Nadie. Y menos alguien tan exquisito como Charlie.
Porque mi querido monstruito no es un tipo cualquiera, no. Él es producto de mi imaginación, un ser fantástico nacido de esta cabecita loca, y lleva, por tanto, mi sello original. Con esto quiero decir, que ninguna otra persona está capacitada para ver u oír a dicho personaje, excepto su creadora.
Por este motivo, no voy a perder el tiempo describiendo a mi compañero de habitación, puesto que ninguno osará creer la historias contadas por una neúrotica. En fin, qué se le va a hacer. Me meteré en la cama, despacito, intentando no despertarle, y cerraré los ojos con fuerza.
Esta maldita noche de insomnio, no me permitiré un solo pestañeo romántico, no vaya a ser que el tonto del Charlie quiera, por si fuera poco, meterse en mi cama y babearme la almohada con aire conquistador.
Ya es medianoche y oigo ruidos sospechosos. ¿Quién será...?