Estas son las versiones que nos propone:
un agujero, una pared que tiembla...
(Alejandra Pizarnik)
No sé quién decide el papel de una lágrima
ni entiendo por qué he dejado de ser en el mundo.
Los objetos traman una muerte a mis espaldas,
y el caracol avanza, inevitablemente.
He perdido el equilibrio que nunca tuve.
He tropezado.
Me estoy cayendo
al ritmo de una hoja, a ese ritmo.
Crujo y caigo a solas
como los ascensores
o los barcos.
La lluvia no tiene nada que ver conmigo:
la retengo en las manos,
inclino la cabeza,
hundo los pies.
No siento más frío que antes.
No sé quién decide el papel de una lágrima,
el papel de una gota, el papel de un papel.
Nada importa nada,
excepto lo irrecuperable.
Estas son las versiones que nos propone:
una cama vacía, una mujer vacía.
La náusea.
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