martes, 11 de septiembre de 2012

Esta otra utopía

Cómo voy a creer/ dijo el fulano
que la utopía no existe
si vos/ mengana dulce
osada/ eterna
si vos/ sos mi utopía.
(Mario Benedetti)
U-to-pí-a
Vocal cerrada/ sílaba seria/ estridente/ vocal abierta.
Tus labios se curvan en la u
besan en el aire y el beso se proyecta,
se multiplica y me roza muy breve.
En la o te pones serio y en la i sonríes,
todo mi cuerpo se inclina y aguarda
impaciente la anhelada a,
provocadora, sensual, utópica en la forma,
perfecta en su abertura, precipicio inútil 
del gemido aquel de chocolate helado.
Luego el orgasmo y por fin tus labios ahí
de par en par, dispuestos a recibirme como siempre,
como cada noche, en el sueño o la vigilia.
La palabra u-to-pí-a se desliza y va penetrando
mi corazón, mi búho ululante, mis ojos claros.

No me llames utopía, amor, no me lo digas,
o dejaré de existir: seré solo en tu mente
solo en tus brazos, en tus dedos, en tu guitarra,
mengana dulce tendida en tu cama
sin vos como testigo de este infierno frío,
primavera azul/ atardecer infinito/
ganas de volverme eterna en mis palabras,
en este violín viejo de tres cuerdas
que me mira fiero, con voz grave,
como si a través de él me imaginaras.
Soy y seré utopía mientras vivas
y a tu muerte, mi piel se hará carne mortal
como cualquier mujer sola y desnuda
que añorara el olor que te llevaste.


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