No cae de forma paralela
ni perpendicular
esta llovizna injusta
sobre los adoquines
sino oblicuamente y sin tregua
empapando
todos tus seudónimos.
-Creo- que tienes rizadas las ideas
bajo ese pelo como la copa
de un chopo.
-Quiero- doblegar los pensamientos
ya encrespados
de humedad-es
y otras reminiscencias.
-Sé- que son lisas las crines
del potro joven,
no las del caballo viejo
amante carga inútil.
-Tengo- el pelo ondulante,
que no ondulado,
y todo lo que roza
desata el oleaje furibundo
que yace dormido
con un ojo entreabierto
en estos días de abril
donde el llanto no es perpendicular
ni paralelo
sino oblicuo
-Tú ya lo sabes-
Llantos sin lágrimas
son-
risas enfermas
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