jueves, 24 de julio de 2014
hermosa turbulencia
eras un niño perdido y yo te amaba.
una por una conté las arrugas que aún no tenías, pero que iban poco a poco naciendo en tu silencio.
rostro abatido, desdibujado apenas, temblor o dulzura:
necesidad ronca de ser
remanso de vida en medio del páramo.
brillé con todas mis fuerzas.
en un instante preciso fui luna y constelación, satélite indecente que se hubiera escapado de su órbita.
-el amor no nos lleva a hacer tonterías,
simplemente saca a la luz el lado más vulnerable que hay en nosotros-.
me pregunté si el tiempo podría ayudarnos.
la respuesta era no.
conocía de memoria el ritmo de tus latidos.
pero, ¿qué significa latir?
dime:
se puede latir de miedo.
se puede latir de excitación.
- yo desconozco qué es eso que atraviesa mi cuerpo cuando estamos frente a frente
yo desconozco de dónde me nace este impulso,
esta depravación.
¿y sabes qué?
me da exactamente lo mismo-.
eras un niño perdido. yo era una niña perdida.
esa fue nuestra mayor virtud.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Jesús de mi vida, acabo de encontrar esta maravilla tuya por el facebook y joder, joder, joder. Qué forma de doler.
ResponderEliminarLa última frase me ha dejado el culo torcido, verás yo también escribo vainas y siempre hablo de alguien y de su cara de niño perdido, pero nunca hubiese pensado que yo también lo era y joder.
Gracias.
Me recuerdas a Alejandra Pizarnik en la cadencia de algunas movidas y es *-*
ResponderEliminar