Miradlos
Surgen en cada esquina al
caer la tarde
No tendrán más de quince y
ya se besan
en un trozo de hierba
solitario
Juegan a poner morritos
sensuales
Se rozan con torpeza y su
lengua
apenas asoma entre los
labios inexpertos
tan pueriles y lánguidos en
ese abrazo
que jamás llega a
estrecharse por vergüenza
Juegan a eso que ven en la
tele
en un pacto mudo por
acelerar el ritmo
y ser el primero en besar a
la amiga de clase
sin atreverse a posar su
mano sobre los
pechos pequeños que lo
reclaman a voces
Sus dedos reposarán en la
mejilla
en una caricia lenta que
preludia
la torpeza con que amarán a
una mujer
dentro de mucho tiempo
despojada de todo y mojada
con la saliva
de su boca todavía
adolescente
-Melocotón en almíbar
Cereza sangrante
Boca titubeante que suspira
imaginándose hasta dónde
puede llegar el placer
teniendo quince años
y el verano entero en el bolsillo
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