está sola en la cocina mastica despacito
treinta veces no es mucho ni es poco
pero es suficiente -tal vez-
traga y se atraganta y no puede respirar y tose
le asoman unas lágrimas muy tontas
-dos lágrimas-
su vida se humedece unos segundos
y luego:
volver a lavar platos/ secar platos/ lavar ojos
secar ojos/ lavarse las entrañas
sacárselas de cuajo
quedarse completamente inerme
la noche negra desnuda en el espejo
y ella
blanquecina y mustia
-sin corteza-
como el queso barato sobre el pan de molde
Aunque la noche, y negra, suene redundante, me encantan tus versos, porque a mi también me gusta el pan de molde sin corteza. Felicidades!
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