se agrandaron mis ojos con el pasar de los años
la piel -en cambio- quedó intacta
la piel quedó
y yo aquí desnuda con tanto algodón dentro
sien por sien suave
años de mimosín guantes maternos
siempre me han picado los jerséis de lana
el encaje en las ingles
los hombres que se van cuando los quieres
nunca supe caminar sobre tacón
mantener el equilibrio no es uno de mis dones
pero
qué importa la altura
la camarera rubia el solomillo en tu pan
la hoja de lechuga en el plato
si llevo puesta mi piel
mi piel de entonces y de luego y de cada instante
yo como con los dedos
el queso se derrite al calor de la palabra
no quiero levantarme de esta silla
¿no vas a terminarte la cerveza?
vamos a ser nosotros mismos:
y siempre volver siempre
Maravilloso el paseo por tu blog. Te rodeas de muy buenos escritores.
ResponderEliminarHaces una poesía muy intensa que viene desde abajo para trascender y encender esa chispa en el cerebro. Versos que sorprenden.
Por supuesto, también te sigo.