y nada nos importaba demasiado
veíamos las mismas películas
tres cuatro cinco veces
y jugábamos al bingo por si la suerte...
pero no tocaba
morir era fácil
tanto como dejarse alimentar con cuchara
de palo en palo aprendimos a sumar
y leer se nos iba olvidando
conforme el invierno
y la nieve
en aquel tiempo éramos felices
y nada nos importaba demasiado
al otro lado de la ventana
desfilaban los sueños y los novios
de olor familiar y casi ausente
casi
los ladridos eran deslumbrantes:
todas las noches nos mirábamos
desde el lado opuesto de la cama
los ojos aliados y las manos
ah... las manos
quietas
en dulce la pasión callada...
y nuestros labios se agitaban
incontrolablemente
al recibir un regalo o una mala noticia
porque éramos viejos y felices
y sabíamos
que eso no duraría mucho tiempo
ahora tenemos 20 años
y ya no puede salvarnos nadie
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