I
Y tus nalgas irrumpen
y son una sorpresa,
como la luz que se cuela
a través de las persianas
y, sin más, nos despierta.
y son una sorpresa,
como la luz que se cuela
a través de las persianas
y, sin más, nos despierta.
II
Y tu lengua es misterio
en su gruta perpetua,
criatura salvaje
serpiente luminosa
madrina de las fieras.
III
Y tus pezones pequeños
que lloriquean
parecen niños
al borde de la cuna
si los rozan mis yemas.
IV
Y el corazón debajo
del vello
cuya belleza supera
los sonidos audibles:
tambor que no cesa.
V
Y tus palabras aladas
emprenden el vuelo
y viajan
a través de los sueños
y parajes del alma.
emprenden el vuelo
y viajan
a través de los sueños
y parajes del alma.
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