A todos aquellos que por una razón u otra, dejaron de creer en el amor
¿Qué importa que hoy sea
catorce de febrero
de dosmildoce año bisiesto
luna creciente o menguante
si nuestro amor no atiende
a calendarios de nevera
con fotos de paisajes y deseos transitorios
obstinadamente mudables?
¿Qué importa, sí, qué importa
que no me beses en los labios
esta tarde de este año de este mes
de esta vida en concreto
si todos los días me enamoro en el metro
de una pincelada en los ojos de un viajero errante?
¿Qué importa que no nos entendamos?
Dime, ¿acaso importa cuánto dure este momento?
Si en esta conquista las armas no valen
y es el inca tu lengua salvaje
lo que produce un placer infinito
en este corazón mestizo, voraz y antropófago
del que nunca nunca nunca
pero que nunca jamás, te daré la llave.
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