Norah : la protegida de Borges, inspiradora de Leopoldo Marechal, compañera vital de Oliveio Girondo.
Esta argentina fue uno de los minúsculos toques de color femenino en los años de la vanguardia. No solo su belleza exótica le granjeó un lugar en el círculo literario: fue sobre todo su arte de cuidados versos, que deja al desnudo su vibrátil condición de mujer abocada a la escritura. Se convirtió en la musa etérea de Girondo, pero ¿y su esencia? ¿Por qué olvidarla?
Aquí está, por si fuera poco.
Todo el dolor derramado
sobre el paisaje.
La tarde transparente
como un agua
se ha mirado en tus ojos.
Lejos
la noche arrodillada
trenza tinieblas
ante su espejo.
Mi corazón es un plenilunio de tristeza.
(La calle de la tarde, 1925)
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